Las acciones combinadas de la agricultura y los cambios climático han hecho que exista un gran bajón de la población de estos animales en la mitad de las zonas más alteradas por los seres humanos.
En 1995 en la campiña inglesa, que está ha 150 km ubicado al oeste de Londres, se vivió una de las sequías más intensas en lo que iba del siglo, entre las víctimas estuvieron las mariposas de la col, las que cuyas poblaciones descendieron a un 66%.
Unos investigadores de la University College de Londres encabezado por la entomóloga Charlie Outhwaite investigan una impresionante base de datos sobre la biodiversidad animal, con la evolución de las temperaturas máximas y medias en los último siglo y en el uso dominante de la tierra.
En las zonas con más agricultura y que han sufrido de calentamiento histórico, la abundancia de insectos es un 49% menos que en las zonas donde hay cultivos y el cambio climático es menor.