De acuerdo con el informe publicado por The New York Times, con acceso a informantes, como ha sucedido en pasadas administraciones, “altos funcionarios de la Casa Blanca, que diseñan la estrategia para confrontar a Rusia, han comenzado a debatir en silencio una nueva preocupación: que la avalancha de sanciones dirigidas a Moscú, que han ganado velocidad más rápido de lo que imaginaban, está acorralando Putin y puede incitarlo a, quizás, expandir el conflicto más allá de Ucrania”.

Pero ¿hacia dónde expandiría Putin la guerra? Salvo Suecia, Finlandia y Ucrania, el resto de los países contiguos a Rusia forman parte de la alianza militar OTAN.

Bielorrusia, que no es miembro del grupo militar, no necesita ser invadido por razones obvias.

Si tenemos en cuenta que los asesores basan sus advertencias en informes de la inteligencia estadounidense, y que esta vez, respecto a la invasión de Rusia a Ucrania, la alta jefatura de espionaje de Estados Unidos no se equivocó, valdría tener en cuenta lo que dicen.

Por el momento, el debate sobre los próximos movimientos de Putin están vinculado a un reexamen urgente por parte de la inteligencia estadounidense del estado mental del líder ruso.

“Esas preocupaciones se aceleraron después de la orden de Putin el domingo de colocar las armas nucleares estratégicas del país en una alerta de ‘listo para el combate’ para responder a los ‘comentarios agresivos’ de Occidente”, según plantea el informe.

Entretanto, la reacción de Putin a la ola de sanciones comerciales y condenas internacionales a Rusia ha provocado que Putin se “se sienta acorralado”.

De hecho, el presidente Biden anunció más sanciones, esta vez dirigidas a oligarcas en Rusia, mientras muchos estadounidenses piden descontinuar la compra de petróleo del gigante euroasiático y liberar una parte de las reservas naturales del carburante, para complementar las sanciones.

William J. Burns, director de la CIA, fue uno de los primeros defensores de la opinión de que el líder ruso planeaba invadir, y no estaba concentrando tropas alrededor de Ucrania simplemente para ganar influencia en algún tipo de juego de negociación.

“Nunca subestimaría el apetito por el riesgo de Putin en Ucrania”, dijo en diciembre Burns, exembajador estadounidense en Moscú, que ha tratado con Putin durante más de dos décadas.

La estrategia de Putin en los próximos días, advirtieron funcionarios estadounidenses en reuniones cerradas desde que se aceleró la crisis, podría ser redirigir el conflicto hacia Washington, con la esperanza de distraer la atención de los ataques de las fuerzas rusas contra civiles en Ucrania y provocar una respuesta nacionalista a las acciones. de un viejo adversario.

“Si Putin quiere atacar el sistema financiero estadounidense, como Biden y Europa han atacado el suyo, solo tiene un camino importante: su ejército bien entrenado de piratas informáticos y un grupo adyacente de operadores criminales, algunos de los cuales se han comprometido públicamente a ayudarlo en su batalla».