Cincuenta y tres miembros de las fuerzas de seguridad murieron en un ataque perpetrado por presuntos yihadistas en el norte de Burkina Faso, dijo el martes el ejército.
Diecisiete soldados y 36 civiles voluntarios del ejército murieron el lunes al repeler un «ataque», informó el Estado Mayor del ejército en un comunicado.
La unidad había sido desplegada en la ciudad de Koumbri, en la provincia de Yatenga, para ayudar en el reasentamiento de los residentes expulsados de la zona por los yihadistas hace más de dos años, dijo.
Unos 30 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos, añadió el ejército.
Varios atacantes fueron «neutralizados» en una contraoperación y sus equipos de combate destruidos, afirmó.
Las operaciones continúan en la zona, afirmó.
Burkina Faso sufrió dos golpes militares el año pasado, desencadenados -al igual que en los vecinos Mali y Níger- por la ira ante el fracaso en frenar una insurgencia yihadista que se ha cobrado miles de vidas.
Desde 2015, más de 16.000 civiles, tropas y policías han muerto en ataques yihadistas en Burkina Faso, según un recuento de una ONG llamada Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED).
Más de 5.000 han muerto desde principios de este año.
Más de dos millones de personas también han sido desplazadas dentro de Burkina Faso, lo que la convierte en una de las peores crisis de desplazamiento interno en África.
El 26 de junio, tres ataques mataron a 31 soldados y 40 auxiliares en la provincia Centro-Norte.
En agosto, dos ataques en la provincia Centroeste mataron a cinco policías y a unas 20 personas más.
Las autoridades, por su parte, afirman que más de 65 yihadistas fueron «neutralizados» entre el 7 de agosto y el 1 de septiembre.
El hombre fuerte del país es el capitán Ibrahim Traore, que asumió el poder en septiembre de 2022 con sólo 34 años, lo que le convierte en el líder más joven del mundo fuera de la realeza.
Prometió un retorno a la democracia con elecciones presidenciales en julio de 2024
Las relaciones entre la junta y Francia se rompieron después de la toma del poder, lo que provocó que las fuerzas francesas que habían estado ayudando al mal equipado ejército burkinés abandonaran el país en enero.
La semana pasada, Traoré mantuvo conversaciones con una delegación rusa sobre desarrollo y cooperación militar.
El lunes, su ministra de Asuntos Exteriores, Olivia Rouamba, mantuvo conversaciones en Teherán con el presidente Ebrahim Raissi en las que dijo que esperaba una «cooperación bilateral más fuerte» con Irán.
Muchas de las víctimas entre las fuentes de seguridad son Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP), civiles que reciben dos semanas de entrenamiento militar y trabajan junto al ejército, normalmente realizando tareas de vigilancia, recopilación de información o escolta.
