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Impulsan buenas prácticas agrícolas de conservación de suelo y agua en Ahuachapán

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Posterior a la cosecha agrícola hay productores que queman los rastrojos (restos vegetales) práctica que debe ser desechada por completo pues afecta la fertilidad y la protección del suelo, razón por la que el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) impulsa con las familias productoras la adopción de buenas prácticas agrícolas como las obras de conservación de suelo y agua que mejoran la productividad en sus parcelas.

Una de estas buenas prácticas es la incorporación de rastrojos a los suelos, y a través de una charla técnica Rubén Darío Monterroza, extensionista de la agencia CENTA Tacuba, explicó a varias familias productoras del cantón San Rafael, en el municipio de Tacuba, departamento de Ahuachapán, todos los beneficios de atender las recomendaciones técnicas.

“Nuestra lucha es que no quemen sus rastrojos, dejarlos porque aportan elementos nutritivos, mejorar la infiltración de agua lluvia, la cual evita la erosión de los suelos y guarda la humedad, entre otros beneficios”, señaló Monterroza.

Añadió que, al quemar los restos vegetales en la finca provoca serias consecuencias ambientales como alteraciones en la fertilidad, erosión y especialmente la destrucción de los microorganismos encargados de la descomposición de los rastrojos en el suelo, la cual limita la capacidad de producción y productividad de los cultivos.

El extensionista recomendó a los productores distribuir los residuos vegetales de manera homogénea, no dejar que el ganado consuma el rastrojo (hojas, tallos, caña de maíz, chacha de frijol, entre otros); porque no se aseguraría la cobertura como capa protectora del suelo contra la erosión y que al entrar el invierno incorporen al terreno abonos orgánicos.

Jorge Antonio Vásquez, productor del cantón San Rafael, dijo que año con año asiste a las charlas que le brindan los técnicos del CENTA para aprender acerca del uso y manejo de sus terrenos. “Me he dado cuenta que al dejar los rastrojos tiene un gran beneficio, porque hay mejor producción, pongo poco abono químico y mis cultivos resisten las sequías, ya que ha retenido humedad y materia orgánica por medio de la descomposición de los desperdicios de la cosecha”.

Vásquez resaltó la importancia de no quemar los desperdicios de las cosechas anteriores, pues ha comprobado que, al hacer prácticas y obras de conservación de suelo y agua, la producción de sus cultivos aumenta y así asegura la alimentación de la familia.

Con el impulso de estas temáticas, CENTA continúa promoviendo y concientizando a las familias productoras a que realicen prácticas como: la no quema, carrileo y manejo de rastrojos, coberturas usando mulch (materiales vegetativos), trazo de curvas a nivel y siembra de leguminosas, como la canavalia, que ayuden a mejorar la nutrición de los suelos. Entre las obras de conservación se encuentran: barreras vivas y muertas, terrazas individuales y banco, construcción de reservorios, bordas y acequias de laderas tipo trinchera.

 

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