La Fundación Nuestros Pequeños Hermanos, el 29 de junio cumplió 20 años apoyando a la niñez y la juventud. Esta ubicada en el departamento de Santa Ana.
Nace en El Salvador
Inició el 29 de junio de 1999 en El Salvador, dirigida por el Director Nacional Olegario Campos, quien creció en NPH México y trabajó junto al Padre Wasson por mucho tiempo. “Tío Ole”, como le llaman los pequeños de cariño, aprendió de primera mano la filosofía del Padre Wasson y fue precisamente su amor y admiración por él que lo llevó a aceptar la petición del Padre Wasson de abrir un hogar en El Salvador. Desde ese día comenzó esta gran obra de amor.
Los beneficiarios son niños, niñas, adolescentes y jóvenes procedentes de todo el país en condiciones de vulnerabilidad extrema, que no tienen la opción aparente de poder reintegrarse a la familia en que nacieron y cuyos familiares no pueden proporcionarle cuidados a largo plazo, por lo que están bajo su cuidado.
También brindan asistencia a familias y comunidades del municipio de Texistepeque en el departamento de Santa Ana, a través del desarrollo de programas educativos, formación espiritual y de salud, generando oportunidades para que los niños y jóvenes desarrollen su potencial humano y así poder formar un futuro mejor para ellos, sus familias y sus comunidades.
«En NPH creemos en nuestros niños y jóvenes y es por ello que nos esforzamos por brindarles lo mejor y les apoyamos hasta que finalizan su carrera Universitaria o Técnica. En el año 2013 se graduó el primer estudiante universitario de la carrera de Licenciatura en Contaduría Pública y en el año 2017 obtuvimos otro gran logro con la graduación del primer Doctor en Medicina General», expresaron las autoridades.
Manifestaron que en la actualidad, NPH ha abierto las puertas de su hogar para brindar apoyo a niños y jóvenes externos que no tienen acceso a la educación. A través de dos programas educativos, “Becas Comunitarias Padre Wasson y Centro de Atención Inicial (CAI)”, donde se brinda ayuda a más de 200 niños, niñas y jóvenes con educación básica y educación superior.
«Todo esto ha sido posible con la ayuda de instituciones, personas altruistas que nos acompañado durante estos 20 años», detallan.
«Hemos seguido el legado de nuestro fundador y creemos que una educación de calidad es la clave para una vida mejor. Esperamos seguir avanzando y sacando adelante este proyecto de amor y esperanza para la transformación de la vida de niños y jóvenes de El Salvador», agregaron.
