El Papa Francisco celebra hoy uno de los momentos más importantes de su vida religiosa. Se cumplen 30 años de haber sido nombrado obispo auxiliar de la capital argentina, Buenos Aires.
El pasado 27 de junio de 1992, el entonces Arzobispo de Argentina, Antonio Querracino, lo consagró en dicho cargo dentro de la iglesia católica.
Jorge Mario Bergoglio supo que sería obispo auxiliar el 13 de mayo de 1992, mismo día que se conmemora a la Virgen de Fátima.
“Me bloqueé. Como señalé antes, como consecuencia de un golpe, bueno o malo, siempre me bloqueo. Y mi primera reacción es, también, siempre mala”, dijo el Papa Francisco al recordar cuando fue notificado de su nombramiento.
En mayo de 1997, cinco años después de su ordenación, fue el mismo Nuncio Calabresi quien le informó que el Papa peregrino había decidido que fuera el nuevo Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires, diócesis en la que sirvió hasta 2013, año en el que fue elegido Sucesor de San Pedro.