Ella es una salvadoreña que tiene dos roles claves en la emergencia nacional por COVID-19: Por un lado se desempeña como agente policial y por otro, como enfermera en la clínica de la Delegación San Salvador, en la Policía Nacional Civil (PNC).
Su vocación de servicio la mantiene vinculada a la verificación del cumplimiento de la cuarentena domiciliar y también a realizar revisiones clínicas a las personas que han sido retenidas por incumplirla.
Además de esas responsabilidades, debe dividir su tiempo con su familia para ser esposa y la madre de dos hijos. “Despedirse de ellos es difícil porque a veces los dejó dormidos y, a veces, cuando regreso, los encuentro dormidos», comenta.
Ella como muchos otros salvadoreños están en la primera fila del combate a la pandemia del coronavirus que ya ha dejado muertos en el país.